Un año más, se ha celebrado el Salón del Cómic de Zaragoza. Un evento en teoría menor dentro de la escena salonera nacional, pero que una vez estás allí, te das cuenta de que es un evento al que hay que ir. No solo ya por todo lo que se puede encontrar dentro del salón, si no por todas las exposiciones y actividades relacionadas con el cómic que se organizan por toda la ciudad, la mayoría de entrada gratuita.
El precio de la entrada era un euro simbólico con el que te daban una pulsera con la que podías entrar los tres días que duraba el evento. Uno podría pensar que podría llenarse en exceso, pero aunque se formaban colas, estas avanzaban muy rápidamente y una vez dentro se podía estar bastante tranquilo. El único momento en que se podría considerar agobiante es el sábado por la tarde, pero aún así, no termina de ser un gran problema.

Stands del Salón del Cómic de Zaragoza
El salón del cómic de Zaragoza contaba este año con un total de 72 stands repartidos entre librerías, fanzines, editoriales y tiendas de merchandising. La sala multiusos del auditorio de Zaragoza servía como pabellón para el evento. La zona de stands consistía en tres calles. Una de las cosas a destacar, es que aunque había stands más grandes que otros, la disposición era igualitaria para todos. Por lo que no ocurría lo que en otros eventos de mayor tamaño en los que las zonas menos comerciales (si, hablo de la zona de fanzines), queda relegado a un espacio de esos que encuentras de casualidad. Aquí tenías tres calles iguales donde estaban todos los stands.

Entre los stands de las editoriales encontrábamos desde editoriales asentadas como Astiberri, como pequeñas editoriales como Grafito. Pero al no haber una gran diferencia en el tamaño de los stands, tenías la sensación de estar ante iguales.
En cuanto a tiendas, había tanto locales como de otros puntos de españa y la oferta tanto en cómics de segunda mano como novedades era bastante amplia. Pudiendo encontrar algunas ofertas bastante interesantes y material a buen precio (yo conseguí el Mundo Mutante de Corben por 5€). También podías encontrar juegos y merchandising, sin que ello hiciese que no pareciese un evento dedicado al cómic.

La oferta de fanzines, autoediciones y de pequeñas editoriales de las que suele ser difícil conseguir su material si no es en la web o en eventos era bastante amplia y si no tenías cuidado, podías acabar con muchísimo material en la mochila de vuelta a casa y la cartera vacía.
Qué hacer en el Salón del cómic de Zaragoza
La oferta de actividades era bastante amplia. Con dos salas dedicadas a charlas y presentaciones y una zona de talleres (eso pone en el folleto, aunque si os digo la verdad, yo no me di cuenta de que estaba). Las sesiones de firmas, tanto en la zona de firmas del salón como en los distintos stands de editoriales y librerías eran muy abundantes. Al final tenías la misma sensación de no poder hacerlo todo que se suele tener en grandes eventos como los de Madrid o Barcelona.
En la zona opuesta a donde estaba la zona de firmas estaba el escenario, donde se realizaban los concursos y demás actividades que suelen gustar al otro tipo de público que suele asistir a estos eventos. Además, cerca del escenario estaban estratégicamente situados los stands de la denomidana “zona manga”.
Otro de los puntos a favor del evento es que está situado junto a la zona universitaria, por lo que se puede comer muy barato durante las tres horas que permanece cerrado a la hora de comer.
Valoración final del salón
Cada vez que hablaba con alguien de Zaragoza y le decía que venía desde Madrid para asistir al salón, siempre pasaba lo mismo. Se notaba un tono de inseguridad, como si tuviesen que justificar que este era un evento pequeño y no tuviera ninguna posibilidad a la hora de competir con el de Madrid. Pues bien, quiero dejar claro que he disfrutado del Salón del Cómic de Zaragoza tanto como en las mejores ediciones del de Madrid.
Las únicas pegas que le puedo poner al evento son el horario, cerrar de 14:00 A 17:00 me parece excesivo. Y lo que si creo que le falta para convertirse en un evento perfecto es un buen Artist Alley.
La sensación que me llevo del Salón del Cómic de Zaragoza es que he estado en un evento dedicado al cómic, que es algo que parece obvio, pero que no muchas veces se cumple. Se podía respirar pasión por el cómic, respeto por el medio y ganas de hacer cosas por todas partes. Las charlas se llenaban, las sesiones de firmas eran muy cercanas, había una gran oferta de cómics autoeditados y pequeñas editoriales… en fin, solo puedo decir que lo he disfrutado muchísimo y que espero poder asistir el año que viene todo el fin de semana.
*Las tres fotografías del artículo son cortesía de Enrique García.
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